Para varias personas, el Espíritu Beato puede conmoverlas hasta las lágrimas; para otros, las lágrimas pocas veces o jamás vienen, lo que está bien.
Fuí testigo de personas que, a través del bautismo del Espíritu, se llenaron totalmente de amor, paz, alegría y conciencia de lo que pasaba en ellos. Digo esto por el hecho de que bastante gente francas pierden la estabilidad sensible en el momento en que en teoría se bautizan y se tiran al suelo tremiendo y llamando la atención del resto. En el momento en que esto pasa, el bautismo no sucedió, fue únicamente una manifestación carnal y mefistofélica, lo que asimismo hace difícil el desarrollo sincero de buscar y recibir el Espíritu por la parte de esos que desean formar parte de la existencia de Dios.
Es natural plañir de alegría, sonreír o cantar, pero no es natural estar fuera de sí, puesto que o sea una manifestación mefistofélica, el Espíritu Santurrón jamás deja a la gente fuera de sí.
Peculiaridades del Espíritu Beato como persona
El Nuevo Testamento exhibe precisamente que los primeros cristianos reconocieron y aseguraron al Espíritu Santurrón como persona. Pedro obedeció al Espíritu Santurrón en el momento en que se le ordenó proceder a la vivienda de Cornelio (Hechos diez:19). Felipe asimismo prosiguió la dirección del Espíritu Santurrón en su ministerio (Hechos 8:39).
Contra su buen juicio, Ananías fue a Saulo, obedeciendo lo que el Espíritu Beato le había revelado (Hechos 9:diez-17). Pablo y Silas fueron todo el tiempo guiados por el Espíritu Santurrón en su ministerio (Hechos 16:7-diez). La Biblia asimismo registra la crónica de 2 acólitos que trataron de engañarle (Hechos 5:3).
El ministerio en la personalidad del Espíritu Beato:
Existen muchos pasajes donde la Personalidad del Espíritu Beato jugó un papel activo en la dirección del ministerio de la iglesia primitiva. En Hechos está escrito que el Espíritu le ha dicho a Felipe: Sube y súbete a este carro. En otra ocasión, apunta que, mientras que Pedro meditaba sobre la visión, el Espíritu le ha dicho: «Aquí hay tres hombres que te procuran. Mientras que Bernabé, Simón, Lucio y Manaén ministraban al Señor y ayunaban , el Espíritu ha dicho a San: «Sepárame a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
En estos pasajes, el Espíritu Beato jugó un papel activo en la dirección de los ministerios de Felipe, Pedro, Bernabé y Saulo. Además de esto, estuvo particularmente implicado en mandar a estas personas al ministerio. Esta no es una actividad gráfica de una fuerza impersonal. «La prueba mucho más tangible y concluyente de la Personalidad del Espíritu Santurrón está en Sus proyectos. Exactamente el mismo carácter de Sus proyectos torna imposible interpretar las Escrituras apropiadamente sin asumir Su personalidad».