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Qué esconde la avaricia

Un avaro es un individuo que le teme a la vida, que elige cerrarse verdaderamente al planeta antes que le lleve a cabo daño.

Revelador y también incisivo, el libro aborda los errores capitales tradicionales de manera psicoanalítica. “Renunciar al erotismo en la relación con el otro verdaderamente me semeja un pecado”, afirma el psicoanalista que considera la desafección como la manera de lujuria del siglo XXI, que se apoya en la instrumentalización del otro.

Luciano Lutereau explora de nuevo los vínculos complejos de esta época. El creador se sumerge en los siete errores capitales que, bajo su mirada, se transforman en miserias hipermodernas. Recurrir al vocabulario espiritual para charlar de la práctica terapéutica puede verse como una provocación, pero el doctor en psicología y filosofía efectúa de manera exitosa esta labor y puede alumbrar zonas oscuras o ignotas de estos errores que todos cometemos en algún instante de nuestra vida. Nos comenta que la soledad tiende a ser el primordial fundamento de consultas sicológicas; que habitamos una temporada que semeja ser de excesos, pero que de todos modos oculta profundos defectos. Exactamente la hipótesis que expone este libro es que los errores capitales no se reconocen por exceso, sino más bien por falta.

¿De qué manera entendemos cuándo proyectamos, cuándo entramos en el territorio de la sombra?

En el momento en que alguien, con su actitud o sus ideas, nos perjudica emotivamente y respondemos de forma exagerada contra esa persona, lo mucho más posible es que estemos proyectando nuestra sombra. Más allá de que las proyecciones asimismo tienen la posibilidad de ser positivas, lo que acostumbramos a ver en el resto son aquellas características que podemos encontrar mucho más inaguantables en nosotros. Por consiguiente, para conocer estas características de nuestra sombra, debemos investigar qué reacciones y aspectos nos incordian en el resto y exactamente en qué medida nos afectan. Si lo que mucho más odio y detesto es el orgullo, por servirnos de un ejemplo, lo mucho más posible es que esté ensayando características de mi sombra personal, si bien esto me resulte increíblemente bien difícil de aceptar. Evidentemente, no todo cuanto criticamos es una proyección, pero si actuamos desmesuradamente con relación a lo que objetivamente no es tan esencial, quiere decir que algo se ha habilitado en nuestro inconsciente. Si aceptamos la compromiso de nuestras conmuevas al producir el desarrollo de proyección, tenemos la posibilidad de cambiar nuestra iniciativa y sentimiento hacia la gente que nos cubren a una visión mucho más verdadera.

Como enseña la psicología generalmente, el diálogo frente a frente entre la conciencia y su sombra es una necesidad terapéutica. La mejor forma de integrar nuestras partes internas opuestas, de alumbrar nuestra sombra personal, es encararla y estimar conocerla responsablemente, aceptar que esas especificaciones y atributos negativos que negamos en nosotros viven verdaderamente en la parte obscura de nuestro ser. personalidad, que nuestra sombra tiene dentro los puntos mucho más primitivos y desadaptativos de nuestra naturaleza que rechazamos por causas sociales, culturales y morales. Tomar conciencia de nuestra sombra es un reto ética bien difícil, un conocimiento lamentable de comprar, que empieza por “estimar entender” nuestra parte negativa que el ego ha rechazado: nuestra maldad, avaricia, codicia, envidia, celos…, llevar a cabo siendo conscientes de nuestros enfrentamientos inconscientes. De este modo tenemos la posibilidad de estudiar a apropiarnos de nuestras proyecciones y recobrar toda la energía y fuerza que oculta nuestra sombra. En el momento en que descubrimos nuestro lado obscuro, empezamos a relacionarnos con nuestro inconsciente (que no es irreconocible) y reorganizamos nuestra personalidad y ampliamos nuestra identidad.

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