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Cómo hablar a la sombra de una persona

Cada individuo tiene su sombra y una manera de comenzar a advertirla es cambiar nuestro diálogo de adentro y estudiar a distinguir que en el momento en que nos quejamos de algo o de alguien nos nos encontramos quejando de algo de nosotros. Deja de etiquetar tu sombra como algo malo y trata de observarla sin juzgarla.

Este producto fue escrito por Manuel Marques, creador de Sobrepasa tus retos

¿De qué forma trabajar con nuestra sombra?

Primeramente, ofrecerte cuenta de la gran tensión interna que tienes por no asumir tus propias especificaciones, impulsos y conmuevas por no cuadrar en la imagen popular que de ti deseas ofrecer.

La sombra está que se encuentra en tus reacciones negativas, en lo que reprimes, en tus prejuicios, en tus críticas a la gente, en todo cuanto no aguantas y crea bilis negra. Hablamos de la parte no dentro de tu psique. Dile que asimismo poseemos la sombra colectiva de la familia, la sociedad, la civilización, las organizaciones que trabajan… Cada composición popular tiene su obscuridad.

5 maneras de ver nuestra sombra

Esto se aprecia en esos sentimientos dramatizados y en el volumen de emoción, al decir oraciones como: «¡No puedo opinar que haya sido tan poco responsable!» . “No comprendo de qué forma puede ser tan desleal”, “¡Qué mala persona es!”.

Nuestras relaciones nos sirven de espéculo, mira cada comentario negativo que recibes: “Es la segunda vez que llegas tarde sin comunicar”, y todos y cada uno de los comentarios que te hacen sentir culpable.

Los arquetipos de Jung: ¿qué es un arquetipo?

Carl Gustav Jung (1875-1961) Sicólogo y psiquiatra suizo, dedicó toda su trayectoria al estudio de la psique humana. Durante sus varios ensayos, desarrolló primero su “Psicología Analítica” y después lo que llamó “Psicología Complicada”. Jung charla de la psique y no de la cabeza, pues, según él, la psique comprende todos y cada uno de los procesos de la cabeza, conscientes y también inconscientes.

Entre muchas de sus contribuciones, desarrolló el término de Arquetipo. Por definición, un arquetipo es un modelo original, ejemplo ideal o prototipo. Un símbolo famoso por todos. Para Jung, los arquetipos son la manera que se dan ciertas vivencias y recuerdos de nuestros primeros antepasados. En cierta forma, son como patrones de accionar que se heredan de generación en generación y que se guardan en nuestro inconsciente.

¿De qué manera entendemos cuándo proyectamos, cuándo entramos en el territorio de la sombra?

En el momento en que alguien, con su actitud o sus ideas, nos perjudica emotivamente y respondemos de forma exagerada contra esa persona, lo mucho más posible es que estemos proyectando nuestra sombra. Más allá de que las proyecciones asimismo tienen la posibilidad de ser positivas, lo que acostumbramos a ver en el resto son aquellas características que podemos encontrar mucho más inaguantables en nosotros. Por consiguiente, para conocer estas características de nuestra sombra, debemos investigar qué reacciones y aspectos nos incordian en el resto y exactamente en qué medida nos afectan. Si lo que mucho más odio y detesto es el orgullo, por poner un ejemplo, lo mucho más posible es que esté ensayando características de mi sombra personal, si bien esto me resulte increíblemente bien difícil de aceptar. Naturalmente, no todo cuanto criticamos es una proyección, pero si actuamos desmesuradamente con relación a lo que objetivamente no es tan esencial, quiere decir que algo se ha habilitado en nuestro inconsciente. Si aceptamos la compromiso de nuestras conmuevas al producir el desarrollo de proyección, tenemos la posibilidad de cambiar nuestra iniciativa y sentimiento hacia la gente que nos cubren a una visión mucho más verdadera.

Como enseña la psicología por norma general, el diálogo frente a frente entre la conciencia y su sombra es una necesidad terapéutica. La mejor forma de integrar nuestras partes internas opuestas, de alumbrar nuestra sombra personal, es encararla y estimar conocerla responsablemente, aceptar que esas especificaciones y atributos negativos que negamos en nosotros viven verdaderamente en la parte obscura de nuestro ser. personalidad, que nuestra sombra tiene dentro los puntos mucho más primitivos y desadaptativos de nuestra naturaleza que rechazamos por causas sociales, culturales y morales. Tomar conciencia de nuestra sombra es un reto ética bien difícil, un conocimiento lamentable de conseguir, que empieza por “estimar entender” nuestra parte negativa que el ego ha rechazado: nuestra maldad, avaricia, codicia, envidia, celos…, realizar siendo conscientes de nuestros enfrentamientos inconscientes. De este modo tenemos la posibilidad de estudiar a apropiarnos de nuestras proyecciones y recobrar toda la energía y fuerza que oculta nuestra sombra. En el momento en que descubrimos nuestro lado obscuro, empezamos a relacionarnos con nuestro inconsciente (que no es irreconocible) y reorganizamos nuestra personalidad y ampliamos nuestra identidad.

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