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Qué significa tener la llave de mi corazón

Pero el concepto que mucho más se le asocia es la entrada en el corazón de alguien. Son incontables las joyas con apariencia de llaves románticas que obsequiamos para decir ‘te amo’ y ‘mi corazón es tuyo’.

¿Qué es lo que significa venderlo todo? Significa estar presto a cambiar tu vida por amor. En el momento en que podemos encontrar el tesoro que requerimos, en el momento en que descubrimos el sentido de nuestra vida, lo vendemos todo. No es exactamente lo mismo tener el tesoro habiendo vendido antes todo cuanto tengo, que establecerme con todo y además de esto obtener ese tesoro con el dinero que me queda. Sería otro tesoro. Pero mi corazón no estaría en ese tesoro. Quizás no vi el valor que tiene entre tantas otras cosas. Primero debo deshacerme de mis cosas, abandonar todo cuanto soy, poner en riesgo mi vida, tomar una resolución. Debo vaciarme y comenzar nuevamente. Tocando puertas, cavando sin ver. Debo vaciarme con la promesa de comprender qué profundo es mi tesoro. Debo exponerme a venderlo todo sin estar seguro de que el tesoro está escondido allí. Confía en que valdrá la pena vivir sin ser sujeto. Escapar del puerto seguro, pues el tesoro siempre y en todo momento está en el mar, en el fondo del campo, en la cima de la montaña, en el sendero de la vida en el momento en que andamos grandes distancias confiados en el cariño de Dios. En la búsqueda hallaré. Si bien en este momento solo miro mi paso. Poseemos el más destacable mapa del tesoro que es Cristo. Siguiéndolo lo vamos a encontrar, pasando al lado de él lo vamos a encontrar. Es mi parte, ese paso que Dios precisa para lograr accionar. Él pone en mi alma una intuición de dónde se encuentra mi tesoro. Hay cosas que sueño, que siento, que sé que me faltan. Dios pone en mí ese deseo de cielo y de vida en plenitud. Estoy en el sendero. San Juan Pablo II afirmaba hace 25 años en el Monte del Gozo: “La palabra viaje está íntimamente relacionada con la iniciativa de búsqueda. Es Dios quien nos busca. Viene a nuestro acercamiento». Nosotros procuramos, Él nos halla. Puedo vivir como antes, aguardando que el tesoro llegue a mis manos, quejándome de lo que me falta en la vida, pidiéndole a Dios que al fin me dé lo que deseo, lo que otros tienen y lo que yo deseo: paz, felicidad. Puedo establecerme inmovil sin tomar el sendero, aguardando que ella sacie mi sed de amor. O puedo dejarme, poner mi vida, mi alma, como prenda. Siempre y en todo momento merece la pena. El tesoro fue prometido por Jesús a todos nosotros. Lo hallaré en mi alma, en los que amo, escondido en mi vida. En el momento en que lo tenga, voy a saber que todo cuanto vendí fue poco relacionado con lo que tengo. Entonces es simple dejar nuestra vida previo para arrancar un nuevo sendero. Nos hemos proporcionado por vencidos y merece la pena. Transformación es asimismo lo que hace María en nosotros en el momento en que nos entregamos a ella, vendemos todo y dejamos que llegue a nuestro corazón. María respeta nuestro tiempo y nos hace opinar en el tesoro que ocultamos, en el don que Dios nos dió. En esta misión única que Él desea que hagamos situación con nuestra vida. Ella cree en todo cuanto valemos. Él sabe que somos una piedra hermosa. Él no se olvida de nosotros. Por el hecho de que si bien varios nos olviden, María no. Merced a tu amor, descubrimos el tesoro que está en nosotros y suponemos en todo cuanto tenemos la posibilidad de ser. Como ha dicho San Juan Pablo II en la JMJ de 1989 en Santiago de Compostela: “De este modo vas a encontrar tu genuino yo, que no está garantizado por la posesión, y descubrirás la experiencia interior de recibir un enorme don”. María nos asiste a conocer nuestro don. Nos forma, moldea nuestro campo, nos asiste a conocernos ahora estimar ser mejores. Nos encontramos llamados a llevar bienes en vasijas de barro. Un individuo comentó: “Siempre y en todo momento me llama la atención de qué manera, pese a mi abandono o pereza, mi pequeñez, ensayo el don de sentirme un instrumento. María me da fuerza, me convierte y me usa pese a todo. Si bien no la busco, ni puedo regentar mi mirada hacia ella

». Es cierto. Llevamos el tesoro encontrado en la fragilidad de nuestra humanidad. A fin de que el resto logren sentir en nuestra debilidad la fuerza de Dios, su poder, su riqueza. Nosotros no brillamos, Él reluce sobre nosotros. Y en el momento en que olvidamos esta verdad, acabamos pensando que brillamos. Somos la copa que tiene dentro la sangre de Cristo. El Sagrario que oculta lo mucho más sagrado. Somos el aspecto humana que oculta un don bello. Somos el campo donde varios pasean y solo unos pocos se detienen a cavar lo que en él se oculta. Sí. Somos un tesoro por el hecho de que Cristo es nuestro tesoro. Poseemos lo mucho más apreciado para dar. Somos importantes por el hecho de que Dios nos quiere bastante. Esta fe nos ofrece fuerza para el sendero. Además de esto, entender que el tesoro del Reino está sepultado en el campo nos hace ver con desconcierto y respeto a todos y cada uno de los campos. Es Cristo quien me charla en esa persona con la que me acercamiento. Es un milagro ver la vida de esta manera. Llevamos un tesoro escondido en nuestro campo, en fachada de debilidad. Nos encontramos viendo todos y cada uno de los campos con respeto, por el hecho de que en ellos está lo mucho más apreciado, Dios mismo.

13 comentarios en «Qué significa tener la llave de mi corazón»

    1. Eres más que un simple candado, eres un ser humano con emociones y libre albedrío. No permitas que nadie tenga «la llave de tu corazón», tú eres quien decide a quién le abres y a quién no. ¡Eres dueño de tu propia llave! 💪🔑

    1. Jaja, no te preocupes, amigo. Aunque suene cursi, el amor puede sorprendernos de formas inesperadas. Nunca digas nunca, ¿quién sabe? A veces, alguien puede tener esa llave sin que te des cuenta. ¡No descartes la magia del corazón! 😉

    1. ¡Totalmente de acuerdo contigo! Creo que la llave de nuestro corazón es la autenticidad, no dejar que nadie nos dicte cómo sentir o cómo amar. ¡Así es como nos mantenemos fieles a nosotros mismos! ¿Y tú, qué opinas?

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