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Qué sucede con una persona que está acostumbrada a mentir

La patraña resulta de componentes esenciales como el agobio, la angustia, el mal y la baja autovaloración. ? La grave consecuencia es perder la ética y acrecentar nuestro estado de angustia interior. Como solución, es conveniente decir siempre y en todo momento la realidad, si bien duela.

Fui a la demostración de clausura de los cines Ideal, en la plaza de Jacinto Benavente y, solamente comenzar, me golpeaba de manera frecuente uno de esos vientos tempestuosos que en este momento me asaltan. Pero absolutamente nadie se percató a mi alrededor. Me arrepentí de haber ido por el hecho de que solo había 4 gatos y prácticamente todos ruinas humanas como yo. A ningún joven madrileño le importa la desaparición de los últimos cines madrileños; Jamás los pisaron, por el hecho de que desde pequeños se habituaron a conocer las películas que encargaban -si se puede llamar a esas imágenes que entretienen a las novedosas generaciones cinematográficas- en las pantallas de sus PCs, tabletas electrónicas y teléfonos celulares.

Osorio, fingiendo ser ilusionado, afirma que en este momento que no hay cines, deberé habituarme a conocer películas en pantallas pequeñas. Pero yo no voy; Asimismo en esto me mantendré leal a mis viejas aficiones. He vivido bastante a fin de que me importe si me llaman fósil, ludita o, como me llama asquerosamente Osório, «conservador irredimido». Lo soy y lo proseguiré siendo mientras que el cuerpo lo aguante (creo, a propósito, que no por un buen tiempo). Vaya, otro viento; pero absolutamente nadie se percató tampoco, a evaluar por la indiferencia de los semblantes a mi alrededor.

Ninguno de ellos ten en cuenta que alguien subsistió en la calle. La gente sin hogar –pequeñas, jovenes, jubilados, bebés, hombres, mujeres– padecen los antojos del tiempo al aire libre: tormentas de mitad de año o heladas de diciembre y enero. Peor aún, la opresión de la policía, la indiferencia de las autoridades y la crueldad de una sociedad que los expulsó y los repudió. Charlan los sobrevivientes de la prisión, castigo infantil, pederastia, prostitución, delincuencia, trata de personas, pandemia…

“Comer de la basura o sobrinas, el frío, pasar el agua y después la prisión. .. No, es un hijo puta…». Juan Ramón García Morales se culpa por haber maldecido su suerte y le soluciona: “No, Dios es grande. Buen Dios. Merced a Dios».

Pérdida de seguridad

«Una gota de patraña puede contaminar un mar de seguridad»

En el momento en que te enteras de que alguien te está mintiendo, aparece el temor, la desconfianza que te transporta a no opinar nada de lo que te afirma Pero, en el momento en que te engañan no solo una vez, sino más bien regularmente, ahora no tienes idea distinguir la realidad de la patraña.

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