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Qué dice la Iglesia Católica sobre los juegos de azar

La Iglesia se enfrenta a todos y cada uno de los juegos de azar o juegos de azar en cualquier forma, incluyendo las loterías (ver Manual 2: Administración de la Iglesia, 2010, 1.21.19).

NUEVA YORK, 9 feb 2002 (ZENIT.org).- Las enseñanzas de la Iglesia contra el juego tienen la posibilidad de parecer contradictorias. Tras todo, muchas organizaciones beneficiosas católicas colectan fondos vendiendo billetes de lotería, y el bingo parroquial nocturno es común en muchas áreas.

En los últimos tiempos se han relajado las leyes del juego y se han aumentado las proporciones de dinero dedicadas a esta actividad. A objetivos de 2001, el estado de Novedosa York dio luz verde a la legislación que autoriza seis nuevos casinos, máquinas tragamonedas y la lotería Powerball.

Pautas de Oración para las Familias

Nota de interés para imprimir el cuadernillo:

¿Qué piensa la Iglesia Católica sobre el juego como pecado? ?

La Iglesia católica no ha culpado explícitamente los juegos de azar y ha adoptado un enfoque mucho más bien «autoritario», y si bien el cristianismo puede dividirse entre el protestantismo, la Iglesia ortodoxa oriental y las diócesis de la Iglesia católica, el consenso es que los juegos de azar no es inherentemente un pecado. La Iglesia católica, por servirnos de un ejemplo, no hizo ningún pronunciamiento, público o privado, si condena el juego, si bien si se ejerce en demasía hasta el punto de transformarse en un inconveniente popular o comunitario, sería la Iglesia la que interviniese y recomendara la moderación. . En cierta forma, la Iglesia fué primordialmente una fuente de orientación, pero no de prohibición total. Además de los siete errores capitales, no hay bastante que la Iglesia haya tratado de imponer a los fieles, y el juego precisamente no es uno. Pero, para ser a la perfección claro, el juego puede volverse pecaminoso en el momento en que lleva a errores lúcidos como la avaricia e inclusive la envidia y la furia. Es verdad que, si bien precisamente el juego no es un pecado, puede transformarse de forma fácil en una puerta de entrada.

No hay pruebas que respalden esta afirmación. Esto tampoco quiere decir que Dios condena el juego. Recuerde, la religión es en su mayoría interpretada por el hombre, y sería insolente asumir que alguien comprende la predisposición divina a cualquier actividad que esté fuera de la Biblia o el Corán. No obstante, los dos contenidos escritos tienen la posibilidad de ser influidos por la raza humana y nuestra entendimiento de lo que significa una cosa. En ese sentido, posiblemente Dios solo nos haya dado rastros de lo que significa, o no significa, pero, en último término, es nuestra interpretación la que ha subsistido. Volviendo a el interrogante original, sería asombroso que Dios se opusiese al juego como tal; Semeja que todos y cada uno de los días asimismo. Además de esto, Dios está entusiasmado en ofrecer al hombre libre albedrío y el derecho a ejercer ese libre albedrío.

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