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Qué es la debilidad del yo

Los progenitores tienen un ego frágil, son inseguros, propensos a cometer fallos, sienten que se derrumbarán si algo falla ahora ocasiones ?fracaso? el es el hijo Esto hace una enorme labilidad sensible.

pero él me ha dicho: «Mi felicidad te basta, por el hecho de que mi poder se mejora en la debilidad». Por consiguiente, de buen grado me gloriaré mucho más en mis debilidades, a fin de que repose sobre mí el poder de Cristo. (2 Corintios 12:9) Indudablemente, en nuestra vida encaramos instantes bien difíciles que nos hacen sentir enorme preocupación, ansiedad y miedo. Estas ocasiones tienen la posibilidad de abrumarnos y hacernos sentir impotentes y también inapropiados para enfrentarlas, y en verdad lo somos. Si intentamos de enfrentar estas ocasiones con nuestras fuerzas, va a ser ineludible no sentirnos inútiles y frustrados. Ya conoces, puedes venir con cualquier carga, inconveniente o situación frente Dios (Mateo 11:28). Puedes asistir a él sin fingir de qué forma te sientes – con total seguridad y transparencia – nuestra humanidad no te coge por sorpresa. En verdad, sentirnos inapropiados nos pone en el sitio idóneo para caminar en Su felicidad. Es en la mitad de estas ansiedades y miedos que nos encontramos llamados a confiar en su palabra. La Biblia nos comunica en 2 Corintios 12:9 que Su felicidad es todo cuanto requerimos, por el hecho de que Su poder se mejora en nuestra debilidad. Veamos nuestras debilidades y nuestros descalabros como una ocasión para presenciar Su poder actuando en nosotros ahora través de nosotros. Siéntete seguro en Su amor – ten en cuenta que Su amor no está contraindicado y nos abraza en todo instante. No fuimos conformados para vivir (combatir) esta vida solos, sino más bien en Dios y con Dios. Observemos nuestras incapacidades y debilidades como ocasiones hermosas para presenciar de qué manera el poder de Dios actúa por medio de ellas.

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Ejemplos de fortalezas y debilidades

  1. Honestidad (fortaleza) y deshonestidad (debilidad). Ya que la seguridad es un bien popular común en las distintas esferas de la actividad humana, la gente dispuestas a engañar o tergiversar tienden a ser consideradas de forma negativa en condiciones ordinarias, en tanto que ponen bajo riesgo la seguridad que se puede poner en ellas.
  2. Paciencia (fuerza) y prisa (debilidad). En varios campos humanos se requerirá espera, rigor o terquedad, y los que se dan por vencidos con sencillez van a ser considerados inferiores. Esta se encuentra dentro de las enseñanzas mucho más usuales en la meditación zen.
  3. Deber (fortaleza) y egoísmo (debilidad). Estos aspectos son fundamentales tratándose de trabajar en grupo o crear múltiples maneras de asociación, desde un equipo de fútbol hasta una relación romántica. El deber se traduce en la aptitud de anteponer el bien común al sujeto, al tiempo que el egoísmo supone lo opuesto.
  4. Valor (fuerza) y cobardía (debilidad). El valor se comprende no como la sepa de temor (que antes apuntaba a la ingenuidad), sino más bien como la aptitud de afrontarlos y aún de esta forma arrancar lo que se desea. La cobardía, por otra parte, significa la imposibilidad de enfrentar ocasiones de peligro o agobio, prefiriendo escapar o rendirse temprano.
  5. Compromiso (fortaleza) y también irresponsabilidad (debilidad). Un individuo responsable es, por norma general, aquella que acepta la compromiso de las secuelas de sus actos y no deja que otros se hagan cargo de ella. Un individuo poco responsable, por contra, es con la capacidad de dejar que un individuo inocente padezca un castigo para proteger su confort.
  6. Puntualidad (fortaleza) y demora (debilidad). La aptitud de apreciar el tiempo del resto es una fortaleza muy apreciada en ciertas áreas entre personas o laborales. Un individuo que llega tarde puede no tener las herramientas para regentar su tiempo, puede ser vaga o desorganizada, al paso que un individuo puntual asegura lo opuesto desde el comienzo.
  7. Organización (fuerza) y caos (debilidad). En especial en los distintos sistemas de trabajo o construcción colectiva, la aptitud de organización personal e inclusive de organización colectiva es una fuerza valorada, puesto que determina habilidades administrativas muy primordiales en un sistema cerrado. El caos, por otra parte, tiende a ser mucho más creativo pero, al tiempo, mucho más incontrolable y bastante menos predecible.
  8. Imaginación (fortaleza) y pensamiento fácil (debilidad). La imaginación es un don espontáneo y natural del humano, que le deja enfrentar distintas ocasiones de necesidad o desafío de una manera original y también inesperada. Una aceptable dosis de imaginación puede ser el impulso definitivo, al tiempo que un individuo de pensamiento chato debe proseguir los caminos y rutas trazadas antes por otros.
  9. Proactividad (fortaleza) y apatía (debilidad). Hablamos de la aptitud emprendedora de un individuo, su administración autónoma de la energía y las ganas de realizar: algo indispensable para asumir nuevos desafíos y medrar. La apatía, por otra parte, tiende hacia el entumecimiento y el conservadurismo.
  10. Seguridad (fortaleza) y duda (debilidad). La seguridad y la determinación con frecuencia son recompensadas, como el liderazgo y las reacciones vanguardistas, sobre la duda, que puede ser paralizante. No obstante, en ciertos campos, como el intelectual, la duda puede ser una enorme fortaleza en el sendero hacia la excelencia.
  11. Carisma (fortaleza) y disgusto (debilidad). Primordial en un líder, el carisma supone la aptitud de contagiar entusiasmo a los que nos cubren y sumarlos a nuestra causa. La aversión, por otra parte, genera lo opuesto. Un individuo atractiva explota el instante inicial a favor suyo, en tanto que «cae» enseguida.
  12. Concentración (fuerza) y dispersión (debilidad). En el campo productivo, se frecuenta premiar la concentración por generar desenlaces mucho más inmediatos que la dispersión, que puede ser útil en condiciones de extrema simultaneidad de procesos, pero tiende a postergar al mínimo la finalización de las tareas.
  13. Humildad (fortaleza) y orgullo (debilidad). Esta opinión tiene sus raíces en distintos imaginarios morales e inclusive religiosos. El orgullo, como reflejo de las debilidades y también inseguridades internas, es un mecanismo de defensa que agrede primero al otro cuya opinión se teme. La humildad, por otra parte, apunta a una manera de seguridad interior.
  14. Respeto (fortaleza) y abuso (debilidad). El saber de las formas y consideraciones en el trato con el resto no solo fomenta un trato afín de la persona desde el principio, sino establece un vínculo de seguridad y simpatía que, por otra parte, el abuso y sus emergencias destrozan.
  15. Empatía (fortaleza) y también indiferencia (debilidad). Enorme valor católico, la empatía supone la aptitud de padecer con el resto y de enseñar compasión en las ocasiones de debilidad del resto. La indiferencia, por contra, puede ser una de las maneras de la crueldad o el egoísmo, en tanto que valora nuestro confort muy sobre el del resto.

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