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Cuáles son los pecados del alma

El orgullo, la codicia, la lujuria, la furia, la gula, la envidia y la pereza son las siete pasiones del alma que la tradición eclesiástica ha predeterminado como “errores capitales”. Con independencia de que la iniciativa del pecado sea válida o no en nuestras sociedades, hay siete pasiones intensamente arraigadas en la psiquis humana.

Si algo tiene el demonio es que obra sin cesar, busca todos y cada uno de los medios para hacernos caer en tentación, usa todos y cada uno de los medios probables para hacernos caer y separarnos de la intención de Dios felicidad . La Escritura relata a los tres contrincantes del alma (el demonio, el planeta y la carne), y el día de hoy deseamos hacerte acordar de qué forma encararlos.

Si Cristo, el hijo de Dios, Santurrón, libre de toda culpa y pecado, que no tenía inclinaciones al pecado, fue buscado por el demonio… cuánto mucho más nosotros, humanos que somos débiles, enclenque, naturalmente inclinado al mal por la herida del pecado original (Mt. 4, 1-11).

Buscar fuera lo que no disponemos dentro

La lujuria, la gula, la codicia, la pereza, la furia, la envidia y la soberbia son el resultado de formas de proceder extremas impulsadas por pretensiones energéticas que el ego usa para apaciguar un déficit escencial. En el momento en que nuestro cuerpo físico no posee los escenarios de energía correctos, comenzamos a enfermarnos. La psique, los órganos y toda función humana dependen, para su preciso desempeño, del consumo de las reservas energéticas guardadas en lo que tiene por nombre el aura; un campo sutil de energía electromagnética que aumentamos en el momento en que llevamos una vida armoniosa y balanceada; una suerte de «activo» en nuestros «ahorros bancarios» de vida. En el momento en que nuestras reservas no alcanzan para contemplar las pretensiones bioenergéticas de un estado psicofísico habitual, nuestro inconsciente advierte a la cabeza siendo consciente de la necesidad de buscar energía pues todas y cada una nuestras funcionalidades empiezan a ingresar en déficit que nos van a llevar a estados de desequilibrio general, agresividad, fijación del ego, psicosis, etcétera; lo que entonces nos va a llevar a hábitos obsesivos.

¿Qué es una necesidad del alma? Según la energía escencial que poseamos, va a ser el potencial proporcional que vamos a tener libre como asistencia para manifestar la evolución. Ser cariñoso, tener un prominente nivel intelectual y función de razonamiento necesita energía. Por ende, un individuo evolucionada, feliz, sana y enormemente consciente, va a tener altos escenarios de energía escencial que le dejarán producir una aceptable dirección para su destino. No necesitaremos tanto afuera, pues nuestro estado no necesita satisfactores de energía externos. Como nuestro entendimiento es un enorme cliente de energía, el pensamiento, el deseo descontrolado, la pasión, la ambición necesitan altas dosis de energía escencial; una pérdida plus de energía que no dejará que el cuerpo se estabilice. Es aquí donde los conocidos errores capitales se transforman en la primordial consecuencia de una causa escencial que los produce: la patología del alma.

¿Qué es una indulgencia?

Hay indulgencia parcial y también indulgencia plenaria, según se libere parcial o completamente la pena temporal.

Tenemos la posibilidad de utilizar la indulgencia que ganamos a un alma en el purgatorio.

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