Enrique Urquijo fue un destacable compositor, artista, bajista y guitarrista español, el segundo de 4 hermanos y líder de la banda Los Misterios hasta su muerte en 1999.
Sus tres hermanos son:
) El cosmos del pop español se encuentra dentro de los puntos de acercamiento mucho más agradables de nuestra cultura. Hace veintidós años nació la gaceta musical Popes80, dedicada al pop español de los ochenta. Jamás imaginamos que la marca acabaría transformándose en un ícono, ni que seríamos presentes de tantas historias musicales, y bastante menos que en 2022 estaríamos intentando encontrar la manera de reinventar Popes80, y que el punto de inicio sería uno de esos DJ. Sesiones de Papas80 que hacíamos en bares a la tendencia de ese La capital española nocturno, que diez años después no se semeja en nada al de hoy, salvo por las ganas de tomarse el penúltimo. El jueves 1 de diciembre lo celebraremos con una celebración en La capital española, donde volveré a estar adelante de la cabina de DJ por vez primera en mucho más de diez años. Los Misterios, Nacha Pop, Mamá, Loquillo, Danza Invisible, Duncan Dhu, y de esta forma hasta llegar a Dorian o Taburete.
Año 2000. Discusiones hastiadas sobre el cambio de siglo. Los turismos aún no volaban y, por fortuna, absolutamente nadie había encontrado la fórmula de la eterna juventud. No hubo efecto 2000. Tampoco hubo apocalipsis, o por lo menos no mucho más que algún otro día. Terminaba de fallecer Enrique Urquijo y pasaban los días sin que volviese a charlar de sus canciones, canjear discos y también historias en el bar Ópera Prima de La Coruña, y montar allí una banda con Óscar Quintáns y Julio Suárez, llamada Los Ocultos, con la que Jugamos al hooligan en el ámbito a lo largo de ocho años. Internet se encontraba en su niñez. Prácticamente no había referencias a la música de españa de los 80, prácticamente absolutamente nadie pinchaba esas bandas en la radio, y la mayor parte de los artistas ahora habían pasado de los niveles a la oposición al correo, al planeta de la propaganda, la hostelería o el periodismo, que es otra forma de perder dinero divirtiéndose, como la música.
Dedicando muchas horas a esto, quizás logres una canción perdida de ese tributo a la desesperación tecnológica llamado Napster, la mayor parte de los discos de la temporada dorada del pop español fueron descontinuados por sellos que ni existían, el disco compacto Los mercados y los vinilos de segunda mano ocurrían de cuando en cuando por año en todas y cada una de las ciudades y, no obstante, absolutamente nadie había empezado a mandarlos a Ebay. Pero alén de la música, no había nada de los años 80 en internet: absolutamente nadie charlaba de Nacha Pop, era misión irrealizable conseguir algo escrito sobre Rádio Futura, Mamá, Pistones o Modestia Aparte, y ciertas breves novedades sobre el sitio de los primordiales diarios mentaba que Enrique Urquijo había fallecido. Y después, a resultas del hastío cultural actualmente, llegamos a Popes80.
La vida sin Enrique
Asumir el liderazgo tras la desaparición de Enrique fue realmente difícil. “Lo hice”, enseña Álvaro, “por el hecho de que ahora habíamos sacado un disco donde cada uno de ellos cantaba la mitad de las canciones. La multitud nos aceptó. Y proseguimos haciendo un trabajo». El tiempo y el reconocimiento público hicieron justicia. «Descubrimos algo poderoso: el boca a boca. Pero al lado de él jamás sonó en la radio, fue un fracaso de ventas en el momento en que salió… pero reapareció de la inframundo». mucho más escuchado en Spotify (35 millones de oyentes) y visto en YouTube (21 millones de visitas). «Un éxito de un día para otro sin que hagamos solamente que tocarlo con amor y respeto».
Este precaución reverencial con sonidos y armonías hay que a Álvaro Urquijo, quien reclama la relevancia de los tradicionales en un nuevo repertorio: «Nuestra mochila puede proyectar una sombra enorme en nuestros discos. Podría decir: de qué forma Los Misterios sacaron un disco a fines de 2019 y después llegó la pandemia, en este momento te marchas a tragar todo el disco, pero no: te voy a prestar un espectáculo a fin de que te vayas con una sonrisa por todos lados, si bien no lo vea. El público merece este diversión”. Él asimismo merece, afirma, leer la realidad. De ahí sus memorias, publicadas últimamente bajo el título Siempre y en todo momento hay precio (Espasa). ¿Se te ha quitado un peso de encima al escribirlas? Sí. Deseaba que hubiese un artículo que se ajustara a mis recuerdos. Nombra las conmuevas y experiencias.