Olvidar una infidelidad Y sucede que, para perdonar enserio, hay que olvidar todo cuanto pasó y iniciar de cero; En otras expresiones, marcar nuevos proyectos, misiones y tácticas que dejen reconstruir la relación tal y como si fuera un nuevo comienzo.
¿De qué manera es la vida tras el perdón?
El perdón es una alternativa. Cada uno de ellos escoge si disculpa, de qué manera disculpa, cuándo excusa. En ocasiones esta alternativa supone la oportunidad de seguir con la otra, pese al fallo que cometiste. Si apostamos por la continuidad de la relación, asimismo debemos decantarse por opinar que la infidelidad no volverá a acontecer. En muchas parejas hablamos de un caso de reconfiguración del pacto. Detallar un nuevo modelo de lealtad, con otros límites y opciones para los cónyuges. Este es el punto de inicio, por servirnos de un ejemplo, de muchas relaciones abiertas, un pensamiento que fué ganando poco a poco más fuerza en las relaciones cariñosas.
Ahora hemos dicho que perdonar no es olvidar. Pero resulta conveniente admitir que llega un instante en que concluye el interrogatorio del tercero implicado. Cuando volvemos a admitir al otro y su lealtad, sostener abierto el interrogatorio supone continuar castigando al otro. O aun bucear en información que no deja que nuestra herida cicatrice. Perdonar es sentirse con la capacidad de admitir el daño sufrido y no sostenerlo como un arma de guerra presente para toda la existencia.
¿Por qué razón duelen las infidelidades?
Ciertas infidelidades son el resultado de una secuencia de inconvenientes que se dieron en la pareja. Otros suceden sin previo aviso, en el momento en que todo va bien.
No tenemos la posibilidad de ofrecer una imagen precisa de los infieles, pero tenemos la posibilidad de asegurar que todas y cada una de las infidelidades, sin salvedad, duelen. Y duelen por las próximas causas:
Patologías de transmisión sexual
La promiscuidad y el sexo sin protección tienen la posibilidad de ser realmente peligrosos. En verdad, inmensidad de anomalías de la salud de transmisión sexual, como la sífilis, la gonorrea, el VIH o el herpes genital, tienen la posibilidad de contagiarse exactamente en el instante en que decidimos dejar de entrenar sexo seguro con nuestra pareja y embarcarnos en una aventura.
Por ende, tienes que tener en consideración que la persona que te fue infiel no solo te traicionó emotivamente, sino tampoco tuvo presente tu integridad y salud. O sea, tu inmadurez y tu necesidad sexual estuvieron sobre la prioridad de cuidarte y resguardarte.
Charla de lo que le pasó a tu pareja
En el momento en que tu pareja te es infiel, frecuenta haber muchas cuestiones que realizar. En verdad, charlar con tu pareja sobre lo sucedido, realizar cuestiones exactas y oír con mucha atención puede ser de mucha ayuda para el desarrollo terapéutico.
Evidentemente, frente este género de ocasiones, la mayor parte de la multitud desea drenar la tristeza con insultos o riñas, pero esta no es la mejor solución. Lo idóneo es que si vas a charlar sea un instante entretenido, y para eso puedes poner unos límites a eso que se hablará o entablar unos factores por adelantado.
Impide el pseudo-perdón
Hay ocasiones en las que mencionamos “te perdono”, pero solo de boca. Y toda vez que sucede un pequeño malentendido, no vacilamos en culpar a nuestra pareja de la infidelidad que cometió. En el momento en que eso pasa, la clemencia no fue real y, en consecuencia, tenemos la posibilidad de estar prestos a abonar en clase pues todavía disponemos la furia amontonada en nosotros. Es esencial recortar estos continuos reproches por el confort de la relación.